Bitácora de un viajero #1 (el miedo)

Alguien muy sabio me dijo alguna vez que el miedo era importante en la vida, que el miedo nos ayudaba a darnos cuenta de que teníamos el valor necesario para enfrentar nuevas aventuras, que el miedo explota lo mejor de nosotros y lo transforma en sabiduría. Hoy mi madre me dijo algo parecido.

Cuando empecé este viaje sabía que sería fácil al principio y que llegaría el momento de tomar rumbo a Asia, donde la cosa se complicaría. Ha pasado mes y medio y estoy en ese punto. Un punto en el que primero pienso sobre la experiencia vivida y sobre lo aprendido. Los amigos hacen que se disfruté más del viaje y los desconocidos hacen que la ruta sea familiar. Me di cuenta que el poder del "hasta luego" hace que te reencuentres con personas que alguna vez pensaste no ver. Me di cuenta que en la perfección de la vida nace la mayor de las penas: el aburrimiento. Me di cuenta que no todas las personas cambian cuando viajan y que las que cambian es porque tienen miedos, las otras simplemente viven felices. Me doy cuenta en este momento que es fácil encontrar alguien que te enamore en el otro lugar del mundo pero que es difícil que dos mundos se unan. 

Pero creo que la conclusión de estos 45 días es que todos somos iguales. Algunos lucen creídos y otros simples, algunos gordos y otros flacos, algunos con miedo y otros con odio por su valentía, algunos son inconformes y otros que encuentras la felicidad en la pequeñas cosas: todos somos iguales. Todos respiramos el mismo aire y tenemos el mismo amor de una madre. Todos soñamos cuando niños y cuando crecemos agarramos con fuerza esos sueños que día a día nos son arrancados. La vida nos da oportunidades y aunque no todos las vemos, todos queremos aprovecharlas porque todos queremos crecer. Todos amamos la vida aunque las formas de expresarlo sean diferente. 

No importa la nacionalidad ni el nivel de riqueza, siempre buscamos lo mismo: la felicidad. La única diferencia es como la buscamos y allí es donde he encontrado las historias más motivadoras. Encontré que algunos huyen de sus ciudades porque agobiados, sienten que viajar abrirá sus mentes. Otros viajan porque necesitan un descanso en sus rutinas antes de seguir viviendo. El siguiente grupo viaja porque consiguió en esa actividad un trabajo y me di cuenta que no muchos están en mi grupo: el grupo de los que dejaron sus sueños por realizar otros.

En mi grupo la vida antes de viajar era perfecta y ahora lo sigue siendo pero de forma diferente. En este grupo están los que no huyen de nada y por el contrario, utilizan su pasado para crear su presente. Los sueños del pasado no son del pasado, sólo tendrán que esperar un tiempo para que sigan siendo cumplidos. En mi grupo es necesario estar tranquilos para aceptar que los cambios son buenos pero también para aceptar que el pasado no fue malo. La sed de conocimiento se satisface con cada paso dado.

Ahora se viene un reto, tengo miedo y ¿saben algo? Me encanta. Me encanta porque siento esa emoción que sentía cuando trabajaba, cuando el día a día me sorprendía. Se que en esta nueva etapa no tendré tanta ayuda y deberé valerme de mi mismo pero ¿saben algo? Me encanta. La vida nos dio los talentos suficientes para valernos en todas las situaciones y estoy seguro que esta no será una excepción porque el talento más importante, la perseverancia, siempre estará allí.

Ahora los dejo porque mañana será un día irrepetible en el que se empieza una nueva aventura: trabajar, estudiar, amar a alguien o viajar a la India. Todas son aventuras si se viven con pasión.

Freddy Higuera