Esa fue la última vez que coqueteo conmigo. Algunos dicen que el amor es cursi, que es un sentimiento que nos lleva a los límites de la creatividad volviéndonos seres irracionales. Algunos creamos mundos de colores para que el amor habite, mientras otros lo odian porque es un sentimiento que no siempre puede ser inspirado por alguien. Pues hoy, cuando pierdo a ese alguien que se robó mi corazón durante lo últimos tres años, le regalaré algunas palabras.
"Es increíble que a veces no expresemos lo que sentimos por las personas cuando las tenemos cerca" fue algo que pensé hoy, mientras tuve una larga conversación con mi Cámara. Creo que sabía que estaba a punto de irse.
A través del tiempo he aprendido a darle valor a las cosas esenciales, y mi compañera de viajes definitivamente lo era. Para algunos una cámara es una forma de robar las almas de las personas, otras piensan que es una forma de humillar a otros cuando se muestran los retratos de los lugares visitados, para mi solo es una forma de congelar el tiempo y revivirlo cuántas veces quieras. Al ver una foto y cerrar los ojos, se es capaz de ver ese rayo de luz que intentabas esquivar, percibir el aroma del mar que estaba a tu lado mientras esperabas un atardecer, oír las motos de la calle tratando de pasar los automóviles que botaban smog en tu cara, sentir el frío de unas manos que no quieren abandonar los bolsillos de una chaqueta, sentir el sabor de una fruta que alguien te regaló.
Así que hoy cuando veo que no podré congelar esos momentos, la tristeza me inunda porque se que tendré que reemplazar a la vieja Canon. Tal vez aparezca alguien más, al principio será difícil conocerla y saber como manejarla. Ella tendrá la suerte de emprender viajes a lo increíble y eventualmente tendrá que soportar las extensas jornadas.
Tal vez me enamore otra vez de una cámara pero en el futuro, cuando vea las fotos de los últimos tres años, sabré que mi Canon SX230 estuvo a mi lado, ayudándome en cada escena.
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