Han pasado 5 años desde la última vez. Tal vez fue el peor texto que escribí, un blog sobre un viaje a Cartagena. Es obvio, cuando escribes por obligación nada fluye, las palabras son simple tinta escupida desde la boca de otros. Un sin sentido tras otro, nada que ver con lo que el llamado "trader sin fronteras" quería transmitir a sus reducidos 3 seguidores.
Tuvieron que pasar 5 años para tomar el valor de poner la cara, contar la verdad de lo que ha pasado en este tiempo. Unos 1800 días pasaron en el reloj y la verdad es que no lo noté, en parte porque estuve ocupado, en parte porque quería hacer de cuenta que no existía. Ya les había dicho yo alguna vez que eso de volver no era fácil, el síndrome del eterno viajero.
Primero, disculpas, porque luego de volver del viaje, conocí a muchas personas que me seguían y que me tomaron como inspiración para iniciar sus propias aventuras. A ellos disculpas por cerrar este blog sin despedirme o al menos dejar un mensaje en el aire que diera paso al segundo tomo de una saga de aventuras. Mi agradecimiento también por tomarse el tiempo de leer estas líneas y rescatar las ideas que quería transmitir, en parte es por ustedes que me doy cuenta que esa aventura valió la pena.
Al resto, bienvenidos a mi blog, el blog de alguien que un día decidió salir de la zona de confort para aprender aquello que no se enseña en los libros. Si llegaste a este punto lo mínimo que puedo hacer es contar cómo terminó mi aventura de hace 5 años.
Pero antes, dos opciones, el lector elige: 1. Terminé mi viaje por el mundo, volví a mi país y me recuperé mi rutina viviendo una vida feliz en mi zona de confort. 2. Continúe mi viaje junto a aquella viajera que conocí algún día en Nepal y me dediqué a lo que siempre había soñado: ser independiente.
Es momento de elegir la historia que más te agrade, con suerte sabrás que pasó...